En relación con las clases de verbos, me gustaría que primero revisáramos muy brevemente cómo podemos distinguir clases de verbos por su flexión; es decir, por su conjugación. Luego veamos también clases, por su significado, por los tipos de complementos que toman. Veamos los primeros, ¿qué clases podemos distinguir considerando cómo se conjugan, cómo es su flexión? Lo primero que hay que decir es que hay verbos regulares que son los que no presentan ninguna dificultad, en el sentido de que siguen los patrones morfológicos indicados. Por ejemplo, el verbo amar, el verbo cantar, que son de la primera conjugación terminan en "ar", no varían; es decir, siguen el modelo. Yo canto, tú cantas, el canta, cantaré, cantaremos, etcétera. Los regulares son esos. También la segunda conjugación que terminan en "er", como barrer, como comer, son verbos regulares, no tienen ningún cambio que se puede considerar irregular. Los que terminan en "ir" que son los de tercera, como dormir, como partir, todos estos verbos que terminan en "ir" también. Pero hay algunos, la siguiente clase que son los irregulares, que sí presentan alteraciones, cambios sobre las cuales, estas formas, los hablantes a veces tienen dudas o se equivocan. Los verbos irregulares. Piensen en el verbo "hacer". Fíjense cómo se dice en presente "yo hago" con "g", tú haces. Ese tipo de cambios, no se esperan, ¿de dónde aparece esa "g"? "Yo hice", "yo haré". ¿Ven los cambios? Hay muchos verbos que tienen estos cambios no esperados, como "poder". Fíjense que es "po-der", pero luego cuando conjugamos en pretérito, por ejemplo, es "yo pude", esa "o" se convierte en "pude", "pudimos". O "jugar" también. "Jugar" es una "u" en la raíz, pero luego aparece "juego", se diptonga esa "o". El verbo "hacer"; el verbo "ser". El verbo "ser" cambia completamente porque si bien en presente se dice "yo soy", pero "tú eres". Se alteró completamente, no solo la desinencia, sino la raíz también. A este fenómeno se le llama "supletivismo", cuando la forma verbal se cambia completamente. Estas formas tan irregulares en general la gente las aprende, los hablantes no los adquirimos, los aprendemos, porque los cambios, muchos de ellos pueden ser caprichosos, son impredecibles, no se ven desde antes. Y en esta clasificación por su flexión, también tenemos los llamados "verbos defectivos". Se llaman "defectivos" porque tienen la particularidad, el defecto de solo conjugarse en ciertos tiempos, en ciertas personas, no en todas. Piensen en estos verbos atmosféricos, meteorológicos, como "llueve", como "relampaguea", como "nieva". En el "nieva", viene de "nevar", además es irregular. Pero casi siempre se conjugan en tercera persona, "llueve", a menos que se usen como metáforas. Entonces, podemos cambiar la persona. Por eso se llaman así, defectivos. Hay otros, también defectivos, que por su significado solo se conjugan en tercera persona. Es el caso de "acontecer". En tercera persona "acontece", pero "yo acontezco", no. ¿Se fijan? Por su significado no puedo decir eso. "Ocurrir", "acontecer". "Abolir", por ejemplo, se considera defectivo porque no se conjuga. "Yo abolo". Casi solamente se forman las formas verbales que tienen una "i". "Abolí" con esa "í", entonces, se permite la forma. Quizás el verbo más problemático que tenemos en el español actual, en lo que se refiere a su uso, es el verbo "haber". Vale la pena un mínimo comentario aquí, tomen nota. "Haber". El verbo "haber" típicamente es un verbo auxiliar, se usa como auxiliar en la formación de los tiempos compuestos. Por eso decimos "yo he comido", está el verbo "haber" y se conjuga en todos los tiempos. "Has comido", "ha comido", "hemos comido". Luego en otros tiempos, como "habré comido". En todos los tiempos no tiene problema, cuando es auxiliar, es decir, cuando forma perífrasis. Las dificultades se presentan, cuando no se usa como auxiliar, sino como verbo principal y cambia su sentido. Como verbo auxiliar, no mantiene el significado original. El verbo "haber" cuando se usa como verbo principal, o sea, no en perífrasis, adquiere ese sentido de existencia. Por ejemplo, cuando decimos "hay dinero", "hay problemas". El problema que se da es que muchos hablantes hacen que ese objeto directo, concuerde con el verbo y la gente a veces dice "habemos profesores". La gramática normativa nos dice que esas formas no son correctas, no se consideran aceptables. Es una cuestión de aceptabilidad social, es una cuestión que tiene que ver con el español estándar. Conviene no usarlas, sino decir "hay profesores", "hay", "hubo" en singular "problemas". "Problemas" se considera objeto directo, no sujeto, por eso no debe concordar, no se debe decir "hubieron problemas", sino "hubo problemas", y en todos los tiempos "había" en singular, "había ocasiones", "habrá libros". El único argumento, el único complemento que toma es objeto directo, no sujeto. Por eso se consideran verbos defectivos, que solo se conjugan en tercera del singular. "Hay", "hubo", "habrá", "había", en singular siempre, tomen nota de eso, para que no cometan esos errores. ¡Muy bien! Si consideramos el significado de los verbos, podemos distinguir otras clases. Es decir, si consideramos el significado, como por ejemplo el verbo "cocinar", el verbo "matar", el verbo "escribir", hay un montón. Fíjense que estos verbos típicamente toman dos participantes, dos argumentos se les suele llamar, un sujeto y un objeto directo o complemento directo. Por eso se dice "el chef cocinó un pastel". Toma dos por su significado. A estos raros se les llama "transitivos". "El asesino mató al hombre", a el campesino, a quien sea. Dos argumentos, ¿se fijan? "Escribir" es igual, "dibujar" también, siempre toman dos, un agente y un paciente. Estos son la primera clase que podemos distinguir que son los transitivos y no tenemos problema en su uso, me refiero. Típicamente el orden de los constituyentes es: sujeto, verbo y objeto; es decir, "el chef cocinó el pastel". Y ese es el orden no marcado, el orden preferente, el orden recomendado en español para escribir bien.