Estamos llegando al final de nuestro curso. Nos toca ahora hacer un breve comentario solamente sobre estas palabras que, tradicionalmente, en la gramática tradicional, se han considerado a veces despectivamente como "partículas". Ese es el caso de los adverbios, las preposiciones y las conjunciones. Todas las clases de palabras entrañan dificultades, pero son las que menos, porque son palabras gramaticales en gran parte, excepto los adverbios, comencemos por ahí, que sí son palabras que tienen un significado autónomo, más o menos independientes algunos de ellos, otros son medio deícticos, señaladores, o sea, que su significado es relativo dependiendo del contexto. Los adverbios no forman una clase homogénea. Son palabras de naturaleza muy heterogénea. Imagínense desde los adverbios de afirmación o negación hasta los que indican tiempo o lugar: "no", "sí", "siempre", "acá", "lejos", "temprano". Esos son adverbios. También, se ha dicho mucho de los adverbios que son palabras invariables. Y en gran parte, muchos de ellos, es cierto. Las palabras "siempre", "jamás", no varían, son invariables. Pero hay muchas que no, que sí presentan cierta variación. Piensen en el adverbio "ahora", y es muy común decir "ahorita", incluso "ahorititita". "Detrás", "detrasito"; o "tarde", "tardecito". O incluso, la forma elativa o superlativa correspondiente, por ejemplo, "lentísimamente" viene de "lento", pero más bien de "lentísimo", y luego "lentísimamente", ya es adverbio. Tenemos que hay muchos que sí presentan flexión o variación: "dejesitos", "afuerita", "detrasito", o "detrasitos", "apenitas". Hay muchos que tienen esta propiedad de sí presentar cierta variación a diminutivo o la presencia de una "s" que da la impresión de que es plural, como "cerca", "cercas". Esa "s" no parece plural. Este es el caso de los adverbios. Las clases de adverbios que podríamos distinguir, quizás convenga mencionar las que están relacionadas con su forma, su formato, su morfología. De esa manera tenemos un gran paquete, muy grande, que es el caso de los adverbios que terminan en "-mente". Estos son un número muy grande porque provienen de adjetivos. Fíjense que se forman a partir de adjetivos calificativos, pero que aceptan la lectura modal: "feliz", "felizmente"; "se puede vivir de manera feliz", a eso me refiero. Por ejemplo, veamos otros: "pobremente", "rápidamente", "alegremente", "alocadamente", "densamente". Hay muchos de estos adverbios terminados en "-mente", y es un fenómeno de formación de adverbios en "-mente" muy creativa, muy productiva. Adviertan que hay muchas clases de adjetivos calificativos que ya comentamos, y algunas de ellas, por ejemplo, los adjetivos que designan colores, como blanco, rojo, negro, no forman el adverbio en "-mente". Pero los hablantes podemos hacer uso creativo para jugar o para provocar algún efecto del tipo que sea: ironía, asombro, algún efecto estético también pudiera ser. Y podemos nosotros llegar a decir, de hecho lo podemos escuchar, que se dice: "llegó rojamente vestido", "verdemente pintado". Podemos jugar, agarrar un adverbio en "-mente" que no tenga la lectura modal, por ejemplo, "cayó gordamente", "llegó calvamente"; "calvo" es un adjetivo que no acepta la desinencia "-mente", sin embargo, podemos llegar a construir oraciones así, de hecho, lo hacemos. Y yo los invito a que piensen en eso, que reflexionen en eso, para que hagan un uso más juguetón, más creativo, con mayor control por parte del hablante. Esta parte de la gramática es muy rica, muy interesante. También tenemos otra clase de adverbios que tienen que ver con su forma, que son los llamados adverbios adjetivales. ¿Saben por qué se llaman "adjetivales"? Hay algunos adjetivos que se usan como adverbios cuando no presentan variación. Cuando decimos, por ejemplo, "respira profundo", ese "profundo", en su origen es adjetivo. Pero aquí está usado como adverbio, porque decimos "respira profundo", y no está marcando género, no está marcando número. Es de manera profunda, es adverbio. "Golpeó fuerte". "Trabaja duro", por ejemplo. Ese "duro" es un adverbio adjetival. "Picar fino" algo: "pica fino la cebolla", por ejemplo. Ese "fino" es un adverbio adjetival. Hay una gran tendencia en el español actual a hacer eso, a hacer ese uso de los adjetivos como adverbios y los invito a que lo detecten, lo escuchen en el discurso, y lo adviertan cuando ustedes lo usan. Y finalmente, tenemos también por su forma a los adverbios llamados léxicos, que son adverbios que ya están formados así desde su origen, y que forman una sola palabra. Tenemos los adverbios "siempre", "nunca", "cerca", "lejos", "tarde". Todos esos son adverbios léxicos, que funcionan como si fueran formas pronominales, como si fueran pronombres, porque no tienen un significado independiente. ¿Qué significa "cerca"? Depende del contexto. ¿Qué significa "lejos"? ¿Qué significan todos los que mencioné? Esta es la clase de los adverbios que solemos identificar como adverbios en primera instancia, los adverbios léxicos, también llamados pronominales. Para no dejar pasar, al principio mencioné los adverbios que indican polaridad afirmativa o negativa, que son "sí", "no" y algunas palabras que los suelen acompañar. No se comportan realmente como adverbios, son elementos de polaridad. Pero en la tradición se han considerado así, han sido clasificados así, como adverbios, pero tienen un comportamiento muy diferente. No se refieren a verbos, pero tampoco funcionan como gradadores, porque los adverbios, aparte de ser modificadores de verbos, también pueden graduar propiedades adjetivas o adverbios. Por eso decimos "densamente poblado". "Poblado" es adjetivo, y "densamente" es adverbio. "Químicamente pura", por ejemplo. "Químicamente" es adverbio, y "pura" es un adjetivo que está graduado por el adverbio. Por ejemplo, cuando decimos "terriblemente enfermo", "terriblemente" es el adverbio y "enfermo" es el adjetivo. También tienen esa función de ser intensificadores de adjetivos, que indican propiedades, o también de adverbios. Cuando decimos "muy cerca", ese "muy" es un gradador del adverbio. Esas son las funciones que podemos identificar de una manera muy clara en el caso de los adverbios. Las palabras "no", las palabras de afirmación como "sí", no hacen eso. Sirven para negar distintas clases de constituyentes que aparecen en la oración. Entonces, merecerían un tratamiento aparte en otro curso posterior. Es muy bonito, es muy interesante porque como negación no solo tenemos "no". Tenemos adverbios que indican o refuerzan la negación, o bien locuciones que implican negación. Como dije en alguna sesión pasada: "No durmió ni jota". Ese "ni jota" sí tiene un "ni", o sea, no durmió nada, equivale a un "nada". "En la vida lo he visto". "En la vida" es una frase negativa. Fíjense cómo la negación y la afirmación merecerían un trabajo aparte, de otro tipo.