Pasemos a ver las últimas clases de palabras, que son las preposiciones y las conjunciones. Las preposiciones son partículas, son palabritas que tienen un significado débil, son semánticamente débiles, que sirven para subordinar, para relacionar. Ya las he mencionado antes. Muchas personas se las han aprendido de memoria como "a", "ante", "bajo", "con", "contra", "de", "desde", "en", "entre", "hasta", "hacia", "para", "por", "según", "sin", "so", "sobre", "tras". A estos hay que agregarle "durante" también y algunas más que pueden encontrar en cualquier gramática. Estas palabritas que acabo de enumerar sirven para relacionar elementos, subordinando al segundo elemento. "Casa de madera", "Pasea con su perro". "Su perro" queda subordinado. Para eso sirven. Es importante también mencionar que las preposiciones no solo son esta lista, sino que hay muchas preposiciones compuestas, locuciones compuestas como "en relación con", "con el objeto de". Hay muchas que se están formando constantemente. Es una lista grande que podemos mencionar sobre ellas. Tengo aquí algunas que me gustaría enumerarlas, decirlas para que las detecten un poco. Por ejemplo, cuando decimos "a base de", "a cargo de". Por ejemplo, "a causa de", también, "a costa de", "a disposición de", "a falta de", "a favor de", "a nombre de", "a pesar de", "a petición de", "de parte de". ¿Se fijan? ¡Qué abundantes! "En contacto con", "en lugar de", "en medio de", "alrededor de", "en torno a", "en vez de", "en virtud de", también. Y frases incluso como "rumbo a", "camino de". La palabra "vía" en ocasiones también está usada como preposición. "Viajó a Madrid vía París". Ese "vía" está funcionando como una preposición. Tenemos que tomar conciencia, hacer una lista grande, no exhaustiva de preposiciones. Sirven para subordinar, y hay que tener cuidado en su uso, pero no representan mayor problema. Finalmente, el caso de las conjunciones. Estas se caracterizan porque nos sirven para coordinar, es decir, para unir dos elementos que sean más o menos de la misma categoría o naturaleza, como "y" que nos sirve para coordinar dos. Por ejemplo, "Juan y Pedro", ese "y" es conjunción y nos sirve para coordinar. También esa "o" como conjunción. Cuando decimos "O estudias o trabajas", miren ahí que hasta se repite. La conjunción "e" que también nos sirve para enlazar, coordinar elementos de la misma naturaleza. Y hay muchas más. El "pero" también es para coordinar, que es de uso muy frecuente. Pero hay muchas más que nos sirven más bien para subordinar. En eso se parecen a las preposiciones, también subordinan, típicamente oraciones. Voy a mencionarles aquí algunas de ellas, si me permiten, para que las tengamos en cuenta. "Por consiguiente", "sin embargo", por ejemplo, "por más que", "a fin de que", "no obstante", "dado que", "si bien", "aún cuando", "por mucho que", "siempre que", "dado que", "de manera que", "en caso de que", etcétera. Pueden ustedes encontrar muchas más. Las conjunciones sirven para coordinar o subordinar. Todas estas que enumeré ahorita sirven para subordinar elementos, típicamente oraciones. Podemos clasificarlas, yo misma lo mencioné, las que coordinan, las que subordinan. Para terminar, no quisiera dejar de mencionar porque lo anuncié al principio, el caso de las llamadas interjecciones. Estas no forman una categoría uniforme, no forman una clase de palabras uniforme, no tienen una función dentro de las oraciones porque equivalen a oraciones. Y están formadas por palabras que tomamos del léxico, como cuando decimos "ánimo". "Ánimo" es sustantivo, pero la podemos usar como interjección y equivale a una oración, es decir, "anímate", "haz el trabajo", "tú puedes". Cuando decimos "fuego", es un sustantivo, pero lo estamos usando como oración. Esa advertencia "cuidado, hay un incendio", o "aguas" que es muy común en nuestro medio. Esas son las interjecciones. Y tenemos muchas otras interjecciones que tienen otro formato. Como interjecciones, tenemos una cantidad grande de palabras, incluso frases como "buenas tardes", "buenos días". Pero hay muchas muy cortitas, monosilábicas, como "uf", "ay", "ey" que tienen morfológicamente un formato distinto, fíjense que termina en "uf", en la "f", cosa que no es común en las palabras en español, siguen otros patrones. Algunas incluso son onomatopéyica, es decir, imitan el sonido al que se refieren como "blablablá", por ejemplo, o "glup glup glup" para indicar beber, tomar algo. Las interjecciones no tienen, por eso, gran relevancia la gramática. Son equivalentes a oraciones. Por eso, no forman parte de los constituyentes oracionales de las clases de palabras.