[MUSIC] Hablemos en esta ocasión sobre, probablemente, la clase de palabras más importante que tenemos en español. Y es el caso de los verbos. Los verbos son esas palabras que indican, que se refieren, que nombran las acciones que realizan los seres. Las acciones, los movimientos que realizan. Los eventos que ocurren, los cambios que se dan, los logros que se obtienen, los estados en los que se encuentran las cosas. Las actividades realizas, etc, etc. Es una palabra, es una clase de palabras. Se ha dicho que es la más variable, porque presenta una flexión muy rica. Es decir, unos cambios en su desinencia, que indican tiempo. Presente, pasado, futuro, copretérito, etc. Modo, si es indicativo, subjuntivo, modo de la acción. También marcan, no solo tiempo, sino concordancia, de primera, segunda, tercera persona, singular o plural. ¿Verdad? Son las palabras que se conjugan. Son las palabras que, en cierta forma, podríamos identificarlas como las responsables de la construcción, de la estructura de una oración. De una frase completa, de una idea completa que queramos decir, que queramos explicar, que quedamos enunciar, lo que sea. Vamos a ver solo algunas cuestiones, que también son importantes para alguien que le interese hacer una reflexión sobre el español como lengua materna. ¿Cómo se comportan los verbos? Y por eso, me voy a centrar más adelante solamente en algunas de las clases de verbos que tienen interés para eso, para el uso, claro. Entonces, los verbos es la clase de palabras más variable, porque presentan una flexión muy rica. Si decimos comió, o comimos, esa desinencia ió, imos, indica pretérito indicativo. Es una acción perfectiva, acabada, que indica tercera persona singular, o primera, comimos, primera de plural, etc. ¿Okay? Pero, también conviene considerar lo siguiente. Los verbos no solo tienen esas formas conjugadas. Sino que, además, presentan unas formas, digamos, no conjugadas que son bivalentes, digamos. Los infinitivos, los gerundios, los participios, me refiero a ellas. Formas no personales, no conjugadas. Los infinitivos que terminan en -ar, -er, -ir, como cantar, como comer, como sufrir. Son infinitivos, digo, y son bivalentes, porque siguen siendo verbos, nunca pierden su calidad de verbos. Y al mismo tiempo, cumplen funciones de un nombre. Por eso es muy común tener como sujeto un infinitivo. Claro, sufrir no sirve para nada, el sujeto es sufrir. Morir es olvidar, lo que quieran. Fíjense cómo morir es el sujeto, es de lo que se habla, es el tema. Y es un infinitivo. Parece sustantivo, pero no deja de ser verbo. Los participios que terminan en -ado, -ido. Los regulares, cito ocho de los irregulares. Como puede ser cantado, cocinado, comido, etc, sufrido. Se usan también como verbos, y también como adjetivos. Por eso tienen tienen dos valencias, como verbos y como adjetivos, el caso de los participios. Y, los gerundios, que terminan en -ando, -iendo, lo mismo. Son verbos, y al mismo tiempo cumplen funciones, pero adverbiales. Entonces, unos sustantivos, otros adjetivos, y los gerundios como adverbiales. Cumplen funciones adverbiales. Entonces, los verbos, dije, probablemente la clase más importante. Que reviste más interés, digamos, en la gramática porque, precisamente, expresan predicados. O sea, lo que dije hace rato, movimiento, acciones, eventos, actividades, estados, logros, cambios. Todo eso se expresa mediante esta clase de palabras que se llaman verbos, y que constituyen una clase léxica abierta. Porque tenemos una cantidad enorme de verbos, son una clase abierta, es una clase léxica, entonces. Y que, tienen, es de interés, también, señalar muy brevemente, muy brevemente. Que además de todo lo que he dicho, que expresan todo eso. Que manifiestan flexión para indicar tiempo, persona, número, género en español no, género no, solo número. Y concordancia gramatical, también. Con las personas gramaticales, etc. Pero, además, si nos fijamos bien, podemos descubrir un rasgo más que es de interés. Es esto que en gramática llamamos información aspectual, el aspecto. En muchas otras lenguas como el chino, por ejemplo, el aspecto es todavía más importante que el tiempo mismo. En español, la información aspectual la encontramos en el significado propio de los verbos que usamos, y no nos damos cuenta. Y no nos damos cuenta de las implicaciones gramaticales que esto tiene. Veamos a qué me refiero. Veamos un ejemplo, porque siempre es más fácil así. Si decimos una frase, una oración, como puede ser, llegó el avión a las cinco. Llegó el avión a las cinco. Podemos pensar en otra oración que dijera, Juan viajó a Europa el año pasado. Juan viajó a Europa el año pasado. Fíjense que puedo decir Juan viajó a Europa el año pasado, y va a seguir viajando todo este año. En cambio, al otro no le puedo agregar algo así. El avión llegó a las cinco, y siguió llegando un ratito después. ¿Verdad que eso no se dice? ¿Por qué no? ¿Por qué el verbo llegar no acepta eso, pero el verbo viajar sí? Porque tienen una información aspectual, o sea, de tipo temporal. El aspecto tiene que ver con tiempo de los eventos que designa. Llegar es un verbo que se refiere al momento en que alguien o algo arriba. Llega y ahí se termina el evento. Llegar significa abrir la puerta, llegar. Llegó el invitado, llegó el avión, y you no se puede seguir realizando. Por esa razón you no podemos continuar agregando, que se va a seguir realizando el evento. En cambio, viajar es un verbo cuya información aspectual, es decir temporal, es un evento que se realiza. Que se puede seguir, que se extiende, que se extiende de una manera, teóricamente, indefinida. Viajar, es así. [MUSIC]