[MUSIC] Finalmente vamos a trabajar una parcela dentro del léxico, que es el léxico despreciativo, que nos suscita el ejemplo de 16. Que es bastante distinto función de la versión. En la versión a tenemos una solución, frente a la versión b donde tenemos otra distinta. Podemos observar como la oración 16a, tenemos el uso de encanto y tesoro, eres un verdadero encanto, Ackley, tesoro. Lo sabes, ¿verdad? Frente a la versión b donde se señala, eres un verdadero príncipe, Ackley, criatura, dije. Lo sabes, ¿verdad? Bueno, pues lo que se pone de manifiesto en esta oración es el léxico como caracterizador lingüístico, algo que you hemos señalado previamente en esta lección. Para observar claramente la intencionalidad, ¿no?, que se manifiesta en este pasaje, conviene ver cuál es el contexto de uso de estos sustantivos. Del sustantivo tesoro en la versión a, y del sustantivo criatura en la en la versión b. Señala la oración 14a, se acercó y fue a instalarse donde me tapaba toda la luz. ¿Por qué no te sientas un poquito, Ackley, tesoro? Me estas tapando la luz. No le gustaba que le llamara, tesoro, siempre me estaba diciendo que yo era un crío porque tenía 16 y él 18. Es decir, que la palabra tesoro se está utilizando aquí con un sentido sarcástico, irónico, porque además se señala entre comillas, y encima se indica que no le gustaba que le llamara tesoro. Porque de alguna manera esa palabra, tesoro, refiere pues a una persona que se comporta como un niño. Por eso parece mucho más interesante sustituir ese tesoro por la palabra criatura, porque en su base léxica, criatura procedente del sustantivo crío, you implicaría ese valor de comportarse como un niño. Y eso es lo que se realiza en la versión de b, sustituir tesoro por la palabra criatura, mucho más adecuada por el contexto en el se da este sustantivo, en el que se inserta este sustantivo. Se acercó y se puso donde me tapaba la luz. ¿Y si te sentaras o algo así, Ackley, criatura? Me estás tapando la maldita luz. No le gustaba que le llamaras, Ackley, criatura. Siempre me estaba diciendo que yo era un puñetero crío, donde se refuerza todavía más el uso de criatura con ese valor sarcástico, ¿no? Y remitido a la base de la que deriva, que es el sustantivo crío, porque tenía 16 años y él 18. Finalizaremos esta lección, pues tratando algunos casos relacionados con la negación, y que se ponen de manifiesto en los ejemplos de 17. En 17a se señala, hubiera dado cualquier cosa porque se tapara el pecho. No era un panorama nada agradable. Frente a la versión 17b, habría dado cualquier cosa por que se tapara el pecho lleno de bultos. No era un panorama muy agradable. Ambas opciones son totalmente válidas, y en ambas, por sobre todo la primera, se realiza un refuerzo de la negación a partir del indefinido, nada. Por tanto, tanto la oración de 17a como la de 17b, serían totalmente válidas. En la primera tenemos ese refuerzo, en la segunda pues no. Y también podríamos tener otras alternativas, como sería la de 17c, era un panorama nada o poco agradable, o la de 17d, no era un panorama agradable. Pero, conviene tener en cuenta que en c la negación se focaliza en el adjetivo, y sobre todo en d, que la negación cambia el sentido de la oración. Por tanto, conviene tener presente estos elementos para no perder precisión a la hora de realizar la negación. Así mismo, una cuestión que hemos observado cuando hemos contrastado las dos versiones de El guardián del centeno, seria el uso en la versión b de ese refuerzo, ni nada, que aparece subrayado en la oración de 18b. Obsérvese como en 18a no aparece, es decir, no había conocido a Allie porque era el primer verano que pasaban en Maine. Frente a la oración de 18b, ella no había conocido a Allie ni nada, porque ése era el primer verano que pasaba en Maine. Es decir, ese uso de ese, ni nada, es un refuerzo negativo con sentido genérico bastante característico de la versión b, frente a la versión a. También, otro refuerzo negativo que suele aparecer de forma bastante sistemática en la versión b, es el de, y todo eso, obsérvese en las oraciones de 19. En 19a se señala, son buena gente, no digo que no, pero a quisquillosos no hay quien les gane. Frente a la oración de 19b, son buena gente y todo eso, no digo que no, pero también son más susceptibles que el demonio. En este caso, las formas, y todo eso, de 19, son una marca idolectal en el caso de la versión b. Fíjense que salta de 20 casos en la versión a, a 199 casos en la versión b. Por tanto, podemos considerar que la traductora ha considerado este y todo eso, como un rasgo idiolectal del protagonista, algo que resulta muy relevante cuando se contrastan las dos versiones. Y finalizaremos con un caso relacionado también con la negación, como es el que presenta los ejemplos de 21. En 21a se señala, ninguno de los dos tenía ninguna gana de pasarse la noche mano sobre mano, frente a la versión de 21b, ninguno de los dos tenía ganas de pasarse la noche entera sin mover el culo de su sitio. Pues bien, tenemos aquí, tenía ninguna gana, o tenia gana, frente a tenía ganas. Podemos observar, según señala el diccionario de uso de español, el María Moliner, que cuando este sustantivo, gana, aparece con determinados verbos, se puede utilizar tanto en singular como en plural. Sería el deseo o apetito de hacer cierta cosa o disposición adecuada para hacer algo. Tengo ganas de bañarme en el mar, o no tengo gana de hablar. Es decir, que se puede usar tanto el singular como el plural, por tanto, en los dos casos que estamos observando, pues estaría totalmente correcto tanto, ninguna gana, como, tenía ganas. Sin embargo, si vamos a documentar estas construcciones en el uso, pues los resultados que obtenemos no se relacionan tanto con lo que señala el diccionario. Obsérvese por ejemplo que, tenía ganas, en plural, aparece en CREA, 371 en 248 documentos, en ejemplos cómo los siguientes. No tenía ganas de dar explicaciones, casi tenía ganas de que se fuera you, no tenía ganas de hablar, o no tenía ganas de ir a la casa. En cambio, si buscamos esta construcción en singular, tenía gana, solamente aparecen 2 casos en 2 documentos en el corpus CREA. Por tanto, el ejemplo es como los que tienen aquí. Colgué porque no tenía gana de dar explicaciones, maria vio que tenía gana de charlar. Por tanto, observamos que aunque el diccionario señala que se puede usar tanto el singular como en plural, el uso parece constatar que el empleo mayoritario es en plural y no en singular. Además, si realizamos una consulta en el en el CORPES, podemos observan que la presencia de tenía gana es bastante poca, sólo 6 casos en todo el corpus. Y que, además, en el caso de la consulta por países, vemos que parece casi exclusivo de España, ¿no? Hay algún caso en Cuba, pero parece que de esos 6 casos 5 de ellos son del español de España, por tanto, estaría restringido al español peninsular. En definitiva vemos, por tanto, que el uso a veces contradice un poco los criterios de las obras lexicográficas, como los diccionarios. Y por tanto, pues quizás para adecuar la luz actual del español, sería mejor utilizar, tenía ganas, en plural y no en singular. En definitiva, con esto terminamos esta segunda lección de la cuarta semana. Como siempre, remitiendo a las referencias y a los apuntes para poder hallar más información. Un saludo y hasta la siguiente lección del curso.