Hablemos ahora de los que, a mi gusto, serían los agentes más agradables. Los psicotrópicos. ¿Por qué digo que son agradables? Porque, fundamentalmente, nos hacen ver lo que no está. Provocan alucinaciones. Nos incapacitan de una manera que, creo yo, obviamente es inhumana, pero que no es igual que tener a la gente con la sensación de asfixia, con la angustia de "no puedo respirar, me voy a morir", sino simplemente viendo elefantes rosas, viendo ratones imaginarios, teniendo experiencias curiosísimas, el general que le grita al soldado Pérez y le dice "Soldado Pérez, ize la bandera" y el soldado Pérez le contesta "le quedó preciosa, mi general, le quedó divina". El tipo de compuestos con los que ha experimentado, fundamentalmente, por parte del Ejército de los Estados Unidos, son por ejemplo el LSD. Este tipo de compuestos que nos dejan totalmente incapacitados. Si hay una sobredosis, la gente puede morir, lo que se conoce como "murió en el viaje", "se quemó en el viaje", "se fue en el viaje eterno". Pero, insisto, a mí me parece que es una manera muy educada de matar al enemigo. Los vesicantes reciben este nombre porque son compuestos que provocan quemaduras muy amplias, muy dolorosas, porque producen vesículas sumamente grandes. La mayoría de los vesicantes no son letales, pero incapacitan a la gente durante muchísimo, muchísimo tiempo. Las quemaduras son, a veces, en todo el cuerpo porque en cualquier lugar del cuerpo que caigan van a provocar la quemadura. Pueden llegar a provocar la muerte si son inhaladas durante mucho tiempo, porque el mismo tipo de quemadura que aparece en la piel va a aparecer también dentro del sistema respiratorio. Puede terminar con un edema pulmonar o con una parálisis respiratoria. Los más conocidos de este tipo son el llamado "yperita", los gases conocidos como "mostaza", hay uno de ellos, el más famoso, mostaza de azufre, que ha sido el más empleado durante el transcurso del tiempo desde la primera guerra mundial hasta nuestros días, otro que se conoce con el nombre de "lewisita". Las diferencias entre estos compuestos son, desde el punto de vista químico, grandes. Porque por ejemplo, la lewisita se basa en arsénico. En cambio, las mostazas, nitrógeno o azufre. Pero hay otras diferencias que son más importantes. El olor, por ejemplo. El olor de la Lewisita es un olor intenso, picante, que de inmediato percibes que hay algo extraño en el ambiente. En cambio, Mostaza no tiene un olor tan fuerte y, algunas de ellas, ni siquiera tienen olor, lo cual hace más fácil su empleo. Mostaza de azufre tiene una particularidad, y es que su punto de fusión, la temperatura a la que cambia el estado sólido a estado líquido, es alrededor de 14 grados centígrados. ¿Qué quiere decir esto? Que a 15 grados centígrados es un líquido que se va a evaporar lentamente. Es un vapor más pesado que el aire, por lo tanto, permanece en zonas bajas. Pero a ocho grados centígrados, va a permanecer como sólido depositado en el piso. Es decir, puedo depositar el sólido en invierno y esperar que llegue la primavera para que haga su efecto. Un arma de efecto retardado. Recuerdan que comentábamos al inicio de este módulo, precisamente, que estas características iban a ir definiendo formas de aplicación. Esta es una de ellas. Decíamos que no son letales, excepto en condiciones muy extremas, pero sí que causan quemaduras muy grandes. Para que nos demos una idea, a fin de cuentas, Mostaza fue el agente químico más empleado en la Primera Guerra Mundial, fue el causante de más de un millón de bajas, pero provocó menos del cinco por ciento de fatalidades. Los herbicidas son sustancias químicas que se utilizan en el campo para provocar que la maleza, las hierbas malas, crezcan rápidamente y, por ese crecimiento rápido y desmedido, mueran. Se pueden utilizar en muy pequeñas dosis para acelerar el crecimiento de cultivos útiles. Entonces, cuando en el campo tenemos por ejemplo, una milpa, o tenemos un campo sembrado de trigo o de maíz, y empieza a crecer pasto, en lugar de que tengamos que andar arrancando el pasto para que no compita por los nutrientes con nuestro maíz, con nuestro trigo, utilizamos el herbicida. El herbicida provoca que el pasto crezca muy rápidamente y muera. Y ayuda a que el trigo o el maíz crezcan un poquito más. Pero, si utilizamos exceso del herbicida, podemos provocar que la planta de maíz o la planta de trigo también crezca de manera desmesurada y muera, con la consecuente pérdida de los cultivos aprovechables. Esto fue lo que hizo el Ejército de Estados Unidos en Vietnam. Utilizaron los herbicidas, todos hemos escuchado acerca del agente naranja, por ejemplo, utilizaban los herbicidas con dos objetivos. El primero, eliminar cultivos de arroz y otros vegetales para dejar a Vietnam del Norte sin alimentación y, por otro lado, eliminar el follaje en las zonas boscosas de manera que los enemigos no se pudieran ocultar entre los árboles. Hicieron un uso tan irracional de estas sustancias que algunas zonas de Vietnam no pueden todavía ser recuperadas para cultivos aprovechables porque permanecen los herbicidas y, por lo tanto, su actividad en los terrenos. Ahora bien, el otro problema. Los compuestos utilizados como herbicidas, empleados como agentes de guerra en Vietnam, eran, fundamentalmente, uno conocido con el nombre 2,4-D, otro conocido como 2,4,5-T, que corresponde a una abreviatura de sus nombres químicos. Cuando estos compuestos se sintetizan, se producen industrialmente, hay un subproducto que es muy tóxico, hay que purificar. Los productores, decidieron que si los compuestos no se iban a utilizar en territorio de Estados Unidos, no tenían por qué purificar. Y entonces, enviaron estos compuestos, 2,4-D, 2,4,5-T, sin purificar a Vietnam. Dependiendo del herbicida particular que se tratara, o de las mezclas que hubiera, y la concentración, los cargaban en contenedores de colores diferentes. Unos eran naranjas, otros eran blancos, otros eran azules, otros eran verdes. Y así se les conocía: Agente Naranja, Agente Blanco, Agente Azul, Agente Verde. Obviamente, el más empleado fue el Agente Naranja. Y, cuando fumigaban los campos vietnamitas, fumigaban también lateralmente a las propias tropas estadounidenses. Esto provocó que las dioxinas, estos compuestos que se producen como contaminantes, que no fueron purificados, fueran absorbidos por los soldados estadounidenses y que, cuando regresaron a su país, tuvieran problemas reproductivos, teniendo hijos anencefálicos, hijos deformes, generando problemas de cáncer, problemas renales, problemas hepáticos. A la fecha, estamos hablando de que la guerra de Vietnam terminó en 1972, a muchos veteranos de esa guerra de Vietnam no se les han resuelto sus problemas de salud, ni los de los hijos que tuvieron con serios defectos de nacimiento.