Se ha considerado el lenguaje como algo que nos distingue de otras especies; sin embargo, sabemos que hay otros animales que también usan lenguajes, aunque no tan complejos como los nuestros. Independientemente de si el lenguaje nos hace especiales o no, la comunicación que realizan los seres vivos, animales, plantas, hongos y bacterias, pueden ser usadas como inspiración para construir comunicación en sistemas artificiales, y en algunos casos, los sistemas artificiales pueden ayudarnos a entender mejor la comunicación de los sistemas naturales. [MÚSICA] >> Mucho antes de que hubiese computadoras electrónicas, se habían estudiado los aspectos lógicos del lenguaje, para poder determinar de manera inequívoca si una frase era verdadera o falsa, lo cual sería bastante útil; sin embargo, la flexibilidad y economía del lenguaje cotidiano involucra ambigüedades que normalmente resolvemos al contextualizar palabras y frases. Esto nos permite que las mismas secuencias de símbolos puedan tener significados distintos, dependiendo del contexto, lo cual es esencial para metáforas, ironía, etcétera. >> Para eliminar ambigüedades en lenguajes naturales, se definieron lenguajes formales basados en lógica. Podemos decir que los lenguajes formales están bien definidos, pero sigue siendo un problema traducir entre lenguajes naturales y formales. Sin embargo, los lenguajes formales son relativamente fáciles de usar en máquinas, por lo que se han usado no sólo para comunicaciones con y entre computadoras, sino también para programación. >> Aunque los lenguajes formales son extremadamente útiles, también tienen sus limitantes, por ejemplo, con las paradojas. Una clásica, la del mentiroso dice: “esta frase es falsa”. Si fuese falsa, entonces es verdadera; pero si es verdadera, entonces sería falsa. Hay que notar que estas limitaciones no son de las máquinas, sino de la lógica. De hecho, con lógicas paraconsistentes, se pueden manejar paradojas, pero la mayoría de las lógicas usadas en inteligencia artificial tienen problemas con las paradojas; y según la definición de Fitzgerald, sin paradojas no hay inteligencia. Tal vez por eso esta definición de inteligencia no es tan popular en inteligencia artificial. Hacia fines del siglo XX, Luc Steels, director del Laboratorio de Inteligencia Artificial de la Universidad Libre de Bruselas, la flamenca, junto con estudiantes y colaboradores, empezaron a estudiar cómo máquinas podrían definir su propio lenguaje, en lo que se llamó el Talking Heads experiment, Experimento de las cabezas parlantes. Con reglas sencillas, Steels y su grupo probaron que una población de agentes puede definir un vocabulario común solo con autoorganización. Se podría decir que, desde este trabajo, se amplió un interés que llevó a la conformación de la comunidad científica que estudia la evolución del lenguaje usando el método sintético. Otro tipo de comunicación, inspirado en insectos sociales, también ha tenido un impacto importante más allá de la inteligencia artificial. También en la Universidad Libre de Bruselas, pero la francófona, gente como Jean-Louis Deneubourg ha aplicado el método sintético a hormigas y cucarachas; pero también se han desarrollado algoritmos, tales como la optimización de colonia de hormigas, propuesta por Marco Dorigo, los cuales tienen aplicaciones en diversas áreas. Esta comunicación se conoce como “estigmergia”, la cual se da a través del entorno. Algunos insectos sociales dejan rastros químicos que otros individuos pueden percibir, logrando coordinar el comportamiento de la colonia de una manera autoorganizada. Es claro que el lenguaje es una parte esencial de la inteligencia, todavía hay muchos de sus aspectos que deben atenderse para lograr una verdadera inteligencia artificial. [MÚSICA] [MÚSICA]